Ser un Otro
"Je est un autre"
Hace tiempo que, en una especie de clarividencia esquizofrénica, Arthur Rimbaud asumió que "Yo es un Otro"
Y supongo que no se referiría exclusivamente al abismo que puede mediar entre la consciencia de nosotros mismos y la que tienen los demás... por otro lado poco preocupante (al menos para mí). Quizás se viera en una forma en la que nunca antes se había contemplado e hiciera un descubrimiento poco agradable... no sé... tan poca costumbre tenemos de siquiera intentar acercarnos a lo que realmente somos (no a lo que queremos ser)
De todas formas, ahora me interesaba hacer hincapié en el primer aspecto. Y es que todos tenemos derecho, no sólo a una "buena fama", sino a la idea que de nosotros mismos tenemos. ¿Qué quiere ésto decir? (aunque supongo que quien no haya tenido otro remedio que interponer una demanda judicial para preservar su derecho al honor, sabe perfectamente de qué estoy hablando): lisa y llanamente que nadie tiene derecho a juzgarnos, condenarnos, atacarnos, omitirnos y exponernos en bocas ajenas por... una subjetivísima impresión (aunque se trate de una subjetivísima certeza)
Es decir: si un individuo ha asesinado a tres personas y por ello ha sido juzgado, condenado y encarcelado, bien puede llamársele asesino, pero... ¿puedes decir lo mismo respecto de otra persona a la que no se le conocen cadáveres por medio?. Va a ser que no...
Pero aquí hay dos aspectos de la cuestión que están a la orden del día: y podemos tomar como ejemplo aquéllos perfectos y amabilísimos Dr. Jekyll que se mueven en sociedad rodeados de un aura de bondad y... se convierten en la pesadilla Mr. Hyde en cuanto cruzan el umbral de su hogar, convirtiendo la vida de los suyos en un anticipo del Infierno.
¿Y?: si no hay pruebas (y nunca las hay cuando se ocultan tras la puerta del domicilio) nuestro monstruito Hyde no existirá para nadie que le aborde fuera de su casa.
Estos seres ejercen perfectamente de OTRO y no de YO...
Y otro punto se refiere a la "versión" que otros puedan tener sobre nosotros, que puede convertirnos en OTRO cuando, realmente, somos YO. Y es una versión de esta historia tan peligrosa como la anterior, porque... ¿cuantas vidas habrán destruído los libelos, los cotilleos, los infundios...?. Tan sólo basados en el particularísimo "convencimiento" de alguien que, probablemente, no habrá cruzado tres palabras en toda su vida con nosotros y, sin embargo, se cree dueño de nuestra fama y honor.
Eso sí... el Cielo te libre de juzgarles a ellos...
En fín: son tantas las veces y tantos los motivos por los que uno se siente a veces tan ajeno a sí mismo que... me dio por pensar que debía dejarlo por escrito.
Así y por ello nace Ser Un Otro.
|Sin
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